La moda del fitness y del cuidado físico han irrumpido con fuerza en nuestra sociedad, con razón: cuidarse es muy importante para prevenir enfermedades de todo tipo.
Pero no solo físicamente: la mente también necesita alimento para seguir funcionando y mantenernos sanos a todos los niveles. Continuar estudiando, formándose y aprendiendo ha demostrado tener una gran cantidad de beneficios para nuestra mente y nuestra vida diaria:
- prevenimos el alzheimer
- ganamos en agilidad mental
- ralentizamos el envejecimiento de las células
- nos relacionamos mejor
Y ahora, en mitad de una pandemia ¿es buen momento para cursar un postgrado?
Quizá sea el mejor en muchos años.
El mundo -incluido el laboral- está cambiando a una velocidad vertiginosa y la tecnología lo hace casi más rápido. Por eso, formarse en cualquier disciplina relacionada con nuevas tecnologías, digitalización, etc. más que un valor añadido es un “must”.
Las empresas necesitan personal con capacidad de adaptación a las nuevas formas de comunicación, y muchos de los programas de postgrado imparten ya sus materias con las herramientas que van surgiendo.
También hay que tener en cuenta que si tenemos una formación muy centrada en un área, nos falta perspectiva global. Las empresas demandan profesionales que tengan conocimiento en distintas áreas o materias. El aprendizaje transversal y no centrado en una sola especialidad permite una mayor amplitud de elección al terminar. Y, por el contrario, muchas empresas demandan programas de conocimiento muy específico que la universidad no llega a abarcar.
Una reflexión detenida nos haría ver que también ha modificado algunos hábitos que parecían inalterables y que en este caso, invitan a realizar un máster o un postgrado:
1. La pandemia ha digitalizado a marchas forzadas a las empresas, que se han visto obligadas a contemplar el teletrabajo, no como excepción, sino como norma. En el nuevo mundo, incluso cuando esto termine, las empresas habrán comprobado que es igual o más productivo que muchos de sus empleados trabajen desde casa. Además, es menos costoso para las organizaciones (menos m2 de ocupación) y más sostenible (desplazamientos en coche, etc.).
2. Hemos aprendido contrarreloj a manejar herramientas de reunión por videoconferencia (zoom, meeting, teams, etc) que permiten todo tipo de funcionalidades. Ahorran un valioso tiempo a los trabajadores y les permiten intercalar en su trabajo labores cotidianas. Esto redunda en una mayor calidad de vida para ambas partes, empresa y trabajador, por lo que lo más lógico es que cuando termine la pandemia vayamos a un modelo híbrido con mayor peso en el teletrabajo y alguna reunión presencial.
Resumiendo: el mundo laboral, al haber dado un giro de un 90% hacia el teletrabajo en muchos sectores, permite que nos organicemos nuestro tiempo sin necesidad de una presencia física en la oficina.
Quienes están trabajando y quieren completar su formación podrán aprovechar esa flexibilidad de horarios para embarcarse en un máster que revalorice el CV y aumente la posibilidad de crecimiento laboral.
Y ya subidos a esta ola de la digitalización, si decidimos hacer un postgrado, ¿debemos hacerlo de forma online o presencial? En este artículo tienes los principales beneficios de cada una.
En definitiva, cursar un máster siempre es una opción acertada, y ahora, muchas circunstancias nos favorecen tomar esa decisión, así que, ¡a por ello!