Máster y empleo son siempre un match en Tinder. Se gustan, se atraen, y vamos a explicarte los motivos.

Si estás terminando la universidad y quieres destacar y diferenciarte de otros candidatos a la hora de encontrar empleo, estarás valorando diferentes opciones.

Todas ellas son interesantes si tienes en cuenta tus objetivos y prioridades, pero en este post vamos a centrarnos en máster y postgrado, para que descubras por qué forman una pareja tan especial con el empleo.

Beneficios de realizar un máster

La formación práctica y actualizada que demandan las empresas

Desde su origen, las instituciones de postgrado se orientan a dar una formación actualizada y práctica pegada a las demandas del mercado.  

Por una parte, muchos profesores de programas máster son profesionales en activo. Están en contacto directo con las demandas de formación de su área y adaptan sus títulos y asignaturas a las nuevas necesidades que detectan en las empresas, en el momento en el que se producen.

Vuelcan todo el conocimiento práctico de su ámbito y lo actualizan con los nuevos conceptos o habilidades que adquieren y ejemplos de experiencias reales. Gracias a ello, muchos postgrados forman y preparan para profesiones que hoy todavía están perfilándose.

Por otra parte, la gran mayoría de estos centros de postgrado tienen acuerdos con diferentes compañías para que los alumnos desarrollen parte de su formación realizando prácticas de trabajo en ellas.

Esto supone una puerta directa de entrada para que muchos jóvenes puedan quedarse en la compañía una vez finalizadas sus prácticas o, al menos, para que tengan una toma de contacto directa con la empresa. Esto les aporta una experiencia real que dotará de mayor peso su currículum.

Desarrolla capacidades y habilidades  específicas para trabajar

Un máster, además de aportar conocimientos estructurados teóricos, potencia todas las habilidades necesarias para desarrollar y mejorar tu carrera profesional. La universidad aporta conocimiento genérico muy importante sobre un área, pero el máster incide en las habilidades necesarias para ejercer un puesto de trabajo en determinado ámbito.

Así, se potencian:

- La iniciativa creadora.
- El desarrollo de capacidades de reflexión y liderazgo.
- La evaluación de riesgos en la toma de decisiones.
- Los valores necesarios para cualquier profesional: la innovación, la sostenibilidad, la tecnología y el compromiso social.

El mercado demanda especialización

El mercado laboral cada vez exige una mayor especialización, por lo que estudiar un máster se está llegando a convertir en condición obligatoria para posicionarse en el nicho profesional que el estudiante o trabajador elija.

Hace 20 años los postgrados eran casi exclusivamente MBA´s, pero con el paso de los años han surgido nuevas demandas por parte del mercado laboral y se ha ampliado de forma exponencial el abanico de ofertas formativas de las universidades y escuelas de negocio.

La demanda y oferta de másteres más generalistas –MBA, Económicos, etc.- ha ido cediendo terreno a titulaciones más específicas como Big Data, CiberSeguridad, Microcirugía, Mediación y Gestión Eficiente de Conflictos, Gestión Deportiva, etc.

Debido a este grado de especialización, el máster es también muy buena opción para personas que están ya trabajando. Es un valor añadido que puede mejorar su posición en la empresa o ayudarles a cambiar a otro puesto de mayor responsabilidad.

Contactos profesionales directos

Otra ventaja de los posgrados es el networking o, como diríamos aquí: las relaciones sociales, las amistades de toda la vida, vamos.

A corto plazo, conocerás a estudiantes y profesores que ya son profesionales en su área, con cargos destacados en organizaciones y que se pueden fijar en ti como candidato.

El máster es una gran oportunidad para destacar, intercambiar datos, tarjetas y experiencias y puede suponer dar un paso de gigante para que “te fichen” al terminarlo.

Pero, aunque al finalizarlo no tengas un acceso laboral directo, los contactos que hagas en él te pueden ser muy útiles a lo largo de tu vida laboral. Seguro que, de alguna u otra forma, puedes colaborar con ellos o enriquecerte con sus experiencias. 

Internacionalización en un amplio sentido

Las universidades y escuelas de negocio son conscientes de la importancia de ofrecer a sus alumnos experiencia en el extranjero en estos estudios.

Muchos postgrados se imparten parcial o íntegramente en inglés u otros idiomas.

Además, los centros mantienen acuerdos internacionales con otras instituciones y empresas para que los alumnos puedan cursar parte del programa en otros países, o realizar prácticas en compañías internacionales.

Con este modelo pedagógico un máster no solo incrementa tus competencias idiomáticas, sino que abre tu mente a diferentes culturas y formas de pensamiento. Te prepara para desenvolverte con soltura en contextos laborales internacionales, evitando los problemas que suele ocasionar el desconocimiento de los distintos métodos de trabajo.

A todas estas ventajas, se añade la buena posición que las Escuelas de Negocio españolas tienen en los rankings de postgrado internacionales. Cada año, ocupan puestos entre las diez mejores de la zona euro y, algunas de ellas, escalan cada año dentro de los rankings de los mejores 100 MBA del mundo, llegando a entrar en el top cinco.

Tipos de títulos o estudios superiores

Una vez conocidas las principales ventajas de estudiar un postgrado, te damos una orientación sobre los diferentes tipos de titulaciones que puedes cursar.

Máster: tiene carácter especializado o multidisciplinar, una orientación estratégica y un enfoque más amplio. Suele durar entre uno o dos años y tiene de 60 a 120 créditos ECTS. Muchos de ellos contienen una parte de la docencia en inglés o en otro idioma y a veces incluyen una estancia en un país extranjero.

Los estudios de máster pueden ser títulos oficiales y títulos propios. Los títulos oficiales (grado, máster, doctorado) cuentan con el aval de la universidad que los otorga y con el reconocimiento del Estado. Estos estudios son sometidos a un completo proceso de evaluación que garantiza su calidad y que permite su inclusión en el Registro de Universidades Centros y Títulos (RUCT). Los títulos propios, por su parte, están avalados por el prestigio de la universidad o del centro formativo que los otorga.

Diplomatura de postgrado: ofrece un alto grado de especialización en una disciplina o en un ámbito más específico que un máster, generalmente con una clara orientación profesional. Normalmente, consta de entre 30 y 60 créditos ECTS.

Cursos de especialización: están pensados para ofrecer una formación más específica aún sobre una materia o área muy concreta. Son programas de corta duración para los que no es necesaria formación universitaria.


Tienes un increíble rango de posibilidades a tu alcance. Lo principal es que evalúes, compares y escojas la que más se adapta a tus necesidades. Si estás buscando postgrado y no sabes por dónde empezar, en FIEP te ayudamos. 


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